Después de 26 días de
cuarentena, Pascual Rovira, presidente de Adebo, recibe el alta
médica por coronavirus. En este caso la enfermedad la ha pasado
confinado en casa y con seguimiento médico por teléfono.
Afortunadamente el diagnóstico no ha sido grave, “aunque sí he
pasado muchos días de fiebre, todo agravado con mi diabetes”,
explica el presidente de esta asociación de defensa del borrico.
Durante este tiempo ha seguido las normas dictadas por los
profesionales del centro de salud de Rute. “He estado viviendo en
una habitación y un cuarto de baño para mí solo”, señala
Rovira, que reconoce que “he echado de menos mis burritos y la
sierra de donde se encuentra la reserva de Adebo”.
Durante estas semanas ha
sido fundamental la ayuda de su hijo Kisco Rovira para atender el
centenar de burros que protege estas asociación conservacionista
ruteña. En estos momentos de pandemia mundial, Adebo se ha
convertido “en la pionera en la protección de estos animales en
toda España”, explica Pascual Rovira. En este último año, “el
secretario técnico del libro de conservación de raza, Joaquín
Santaolalla, ha constatado la desaparición de la totalidad de los
núcleos ganaderos de conservación de burros”, alerta el
presidente de Adebo, que ha quedado solo su asociación con más de
70 animales de razas españolas. “Han desaparecido y han terminado
en el matadero los animales del centro de Malpica, en Palma del Río,
el histórico núcleo Conde de Aguilar, de Paradas o la famosa
ganadería Miura que tenía un núcleo de 40 animales”, detalla
Rovira. En estos momentos se ha diezmado la conservación de razas
autóctonas en España, “después de que todos estos preciosos
ejemplares se hayan convertido en pienso para perros, volvemos al SOS
que lanzamos en los años noventa”, alerta el presidente de Adebo.
Nada más salir de la enfermedad, Pascual Rovira ha vuelto con sus animales. “Esto si que ha sido sanador para mí, volver con mis burritos, encontrarme con la naturaleza y escuchar los pájaros”, reconoce. Han sido días duros, añade. Durante este tiempo ha estado leyendo al ensayista francés Paul Lafargue, y su libro 'Derecho a la pereza'. “Ahora me toca estar con mis animales y poner en práctica lo aprendido en el libro”, concluye Rovira.
Nada más salir de la enfermedad, Pascual Rovira ha vuelto con sus animales. “Esto si que ha sido sanador para mí, volver con mis burritos, encontrarme con la naturaleza y escuchar los pájaros”, reconoce. Han sido días duros, añade. Durante este tiempo ha estado leyendo al ensayista francés Paul Lafargue, y su libro 'Derecho a la pereza'. “Ahora me toca estar con mis animales y poner en práctica lo aprendido en el libro”, concluye Rovira.